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Rafa Madrigal. 20 kilos menos, por Joan Gallardo.
Hoy es de esos días que te dibujan una gran sonrisa en la boca. Hoy os traigo el Cambio Radical de un cliente «adorable», de esos que vienen dispuestos a hacerte caso como si les hubieras dado un ultimátum, y creo que Rafa venía con esa idea, casi con la frase «Si no lo consigo aquí lo dejo ir» escrita en la frente.
Pero mejor será que os lo cuente el propio Rafa. Yo sólo me limitaré a darle la enhorabuena públicamente y a decirle que es un auténtico placer tenerlo como cliente y amigo, aún recuerdo el abrazo emocionadísimo que me dio cuando bajó de los 100 kilos después de muchos, muchísimos años.
«180 días. Eso es todo lo que necesitáis. Y para muchos de vosotros incluso menos. Sé lo que pensáis, porque también lo pensé yo en su momento: “me gustaría estar en forma”, “no tengo voluntad”, “quiero hacerlo pero no sé cómo”, “pierdo peso, pero lo recupero en seguida”, “llevo X tiempo entrenando pero no veo progreso», «mi cuerpo no está hecho para eso…».
Lo recuerdo. Recuerdo mirarme y pensar cómo había dejado que engordase tanto. Pensar “estoy demasiado gordo ya como para recuperar mi forma anterior (si es que alguna vez la tuve)”, y buscar mil y una excusas para seguir haciendo eso (nada), y seguir dejar pasar los años. Cierto es que de vez en cuando me reventaba intentando hacer entrenamientos que estaban (muy) lejos de mis capacidades, y de alguna manera, mantenían la falsa ilusión de que estaba haciendo algo para solucionarlo.
El punto de inflexión viene cuando veo el cambio radical de un buen amigo a manos de Joan. Sabía que entrenaba con él, pero de alguna forma no me había dado cuenta del cambio que había hecho hasta que vi las fotos (supongo que es cosa de tios no fijarse en esas cosas). Esa fue mi ostia de vuelta a la realidad. Una realidad, física, que me enseñó que aunque tengas 35 años, si quieres, puedes.
Y eso, ni más ni menos, es lo que conseguiréis con Joan. Se puede decir que él es esas señales en la autopista que os indican por dónde debéis ir. No puede conducir el coche por vosotros, pero os dirá dónde acelerar, dónde frenar, y dónde parar, de una forma que os olvidaréis de que estabais conduciendo.
Nunca hay un “es demasiado tarde”, ni un “nunca podré llegar ahí”. 180 días no es nada. ¿Qué proyecto empezasteis hace 180 días? Posiblemente no os acordéis. Yo sí: tuve mi primer entrenamiento con Joan. Hace sólo 180 días. No os dará tiempo ni de mirar atrás. Dejad de pensarlo, y hacedlo.»