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Delegar y Retrasar TU FELICIDAD.
Lo veo, lo oigo y me lo cuentan. Siempre esperamos a que suceda algo para ser felices.
Mi trabajo me ha convertido en un observador clínico del comportamiento humano, por suerte y a veces por desgracia, porque veo repetir muchos errores que bloquean, inmovilizan y retrasan la felicidad completa de muchas personas.
El más claro reside en el error de delegar en la acción de otra persona el descubrimiento de nuestra propia felicidad. El segundo se encuentra en la espera de algún acontecimiento nuevo que llene nuestros deseos emocionales de alguna u otra forma. Pero… ¿Y mientras? ¿Estás dispuesto a no ser feliz hasta que llegue ese día o esa persona? Muy arriesgado.
Delegar tu esperanza a un hecho o a una persona puede llenarte de ilusiones que quizás nunca se vean colmadas. De todas formas ya sabes que idealizar siempre es peligroso y tu expectativa siempre superará la realidad.
¿No ves que las personas felices de verdad son aquellas que lo siguen siendo pase lo que pase?
Realmente se me ocurren una o dos situaciones en las que, de verdad, te permitiría no ser feliz. Todas las otras, perdóname, pero me da la risa.
¿Has visto nunca esa anciana hacer ganchillo mientras le pasan las horas y la brisa sobre las canas? ¿Crees que tiene algún problema? ¿Crees que no lo tuvo en su momento? ¿Que no creyó que el mundo se derrumbaría ante sus pies en algún trance de su vida? Seguramente sufrió más que la mayoría de nosotros: guerra civil, hambruna, pobreza… Y ahora presta atención: ¿Crees que se acuerda ahora de todo eso?
¿Crees que tú mismo no serás así? ¿Te parece que lo que ahora te supera romperá tu vida para siempre? ¿De verdad?
Pregúntate que pasará si ese mejor trabajo o ese ascenso nunca llega. Pregúntate que pasará si esa otra persona no te quiere o no está interesada en ti. ¿Se acabó? ¿Vas a ser una persona inválida o desgraciada el resto de tu vida?
Joan Gallardo. Fuerza, Motivación e Inconformismo.