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«El Cerebro Hambriento», de Stephan Guyenet – 10 Citas.
¡Estrenamos sección en www.joangallardo.es! Como ya sabréis la mayoría soy un lector incansable y eso, unido a mi curiosidad, me lleva a leer de todo (menos novelas, lo siento) y en cantidad (al menos dos libros por semana). En ocasiones doy con libros que os pueden ser de mucha ayuda en algunos aspectos. Así que para darle salida a tal genial contenido os iré dejando algunas de las citas más interesantes que vaya encontrando en mi camino por el conocimiento.
Empezamos con uno de mis autores favoritos, el neurobiólogo Stephan Guyenet y su fantástica obra «The Hungry Brain» (El Cerebro Hambriento). En él explica en profundidad los entresijos de la pérdida de peso, el apetito, la saciedad y el por qué de las motivaciones que puede tener una persona para comer más. Un libro imprescindible para conocer cómo funciona nuestro cerebro en relación a nuestra relación con los alimentos. Creo que no bastará con una primera parte, pero si lo pedís en los comentarios podemos hacer varias ya que el libro da muchísimo de sí.
Vamos con 10 citas reveladoras:
- Las investigaciones más recientes apoyan la idea de que la cantidad de grasa, hidratos de carbono y proteína en las comidas tiene poca influencia sobre la adiposidad más allá de las calorías que aportan. Esto socava la sostenida creencia común de que ciertos nutrientes como los hidratos de carbono o la grasa engordan más que otros.
- La relación «X nutriente engorda» puede verse apoyada por el hecho de que algunos nutrientes podrían incitarnos a ingerir más calorías, no porque tengan un especial efecto metabólico en nuestro ratio metabólico.
- Para ganar grasa, debes comer más calorías, quemar menos calorías, o ambas. Para perder grasa debes comer menos calorías, gastar más calorías, o ambas. Es un concepto sencillo, pero aplicarlo a la pérdida de peso puede ser algo sorprendentemente difícil, como mucha gente ha experimentado.
- En pocas palabras, ganamos peso porque comemos más.
- En los años setenta, los investigadores buscaban métodos para hacer engordar a sus ratas de laboratorio para estudiar el impacto y desarrollo de la obesidad de forma más eficiente. En los primeros tiempos, los investigadores simplemente añadían más grasa a la comida para ratones, funcionaba pero el proceso era lento y tardaban meses en hacer engordar lo suficiente a los ratones. Un día un estudiante cogió a una de las ratas y la colocó junto a un bol de cereales Froots Loops (cereales azucarados para niños). La rata empezó a comer como si le fuera la vida en ello, cosa extraña porque las ratas suelen ser muy precavidas con los alimentos desconocidos. Dicho estudiante, que después sería director de departamento, corrió a comprar todo tipo de comidas y productos densos en calorías y súper palatables como leche condensada, salami, galletas de chocolate, mantequilla de cacahuete y malvaviscos. En apenas pocas semanas ya tenían sus ratas obesas.
- Esto nos lleva a una conclusión perturbadora: la comida palatable humana es la forma más efectiva de conseguir que una rata normal empieza a comer en exceso hasta llegar a la obesidad de forma espontánea.
- Sin motivación, no hay acto de comer.
- El trabajo del Doctor Sclafani revela que cuanto más concentrada sea la densidad calórica de un alimento, mayor será el refuerzo por seguir comiéndolo.
- En 2010, Chris Voigt, el director de la Comisión de la Patata del Estado de Washington, decidió no comer nada más que patatas y un poco de aceite para cocinar durante 60 días. Voigt protestaba así la decisión del programa de asistencia por la comida de la Federación de Mujeres, Infantes y Niños que pedía la supresión de la patata de la lista de alimentos que «merecían la pena». Voigt contraatacó, correctamente, diciendo que las patatas era muy nutritivas. Documentó un blog llamado «20 patatas al día», en referencia a las patatas que comía al día, en teoría las necesarias por su aporte calórica para mantener el peso. Aunque su objetivo no era perder peso, Voigt perdió 10 kilos y tanto su presión arterial como sus niveles de colesterol mejoraron notablemente.
- Si la relación comida/recompensa y la variedad de los alimentos se disminuye, disminuirá también la cantidad de comida que se ingiere.
2 Comments
Eloy
julio 18, 2018 a las 9:52 pm
En conclusion, que si te dan de comer todos los dias lo mismo y ademas no te gusta, adelgazas; me parece evidente y no creo que nadie lo ponga en duda. El problema es que disfrutar la vida es, en buena medida, crearse necesidades y luego satisfacerlas, aunque sean insanas. El ideal de la «ataraxia» o ausencia de necesidad de Epicuro, es solo suyo.
joan gallardo
julio 19, 2018 a las 4:50 am
Hola Eloy! Estoy bastante de acuerdo contigo, quizás Guyenet lo que desea es que controles ese juego de deseo/satisfacción y que no te veas atrapado en esa rueda todo el tiempo. Añadir algo de estoicismo, por decirlo así. Vale la pena leerlo entero para entender el mensaje. Te lleva a otros tiempos donde la gente comía cosas apetitosas también pero no estaba todo el santo día pensando en la comida.