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Entrena Como Quieras, Pero No Juzgues.
Puedes entrenar como te de la gana, yo te respeto y no te juzgo.
No me molesta que entrenes en chanclas, ni que no bajes de la paralela en la sentadilla ni que no abras las rodillas.
No me importa que uses máquinas ni que subas la cuerda 7 veces. Tampoco me importa que cuelgues fotos a todas horas, de verdad que no.
Te respeto y me parece genial que hagas todas las cosas que se te pasen por la cabeza siempre que entrenes… pero espera, que también me parece respetable que no entrenes. De igual forma que opino lo mismo de que comas hamburguesas o bocatas de nocilla o de que seas un guerrero de la paleo o vegano, o «ayunero».
Me gustan tanto las fotos con callos sangrando como las que no, tanto amo vídeos de un snatch con 150kg que uno con 30kg de alguien que acaba de empezar y tiene el gusto de colgarlo en internet por puro sentimiento de orgullo. Me gustan tus Mizuno y tus Power Perfect, las Nano Rich Froning y las Converse de toda la vida, y hasta descalzo vas guapo.
No me gusta tanto en cambio que tires piedras a las ventanas de otros cuando tú odias que las tiren a las tuyas. Pero oye, hasta en eso te respeto. No me importa que me juzgues ni por este artículo porque ya sabes eso de «no juzguéis si no queréis ser juzgados» y te cuento un secreto: El verdadero sentido de ese versículo es «no juzgues porque cuando juzgas hacia fuera en verdad te juzgas a ti mismo porque en el acto de juzgar te estás viendo a ti mismo«.
Sólo me importa ser feliz y que tú también lo seas, de dentro hacia dentro primero y luego hacia afuera. Sólo así puedes cambiar el mundo.
Hagamos de los gimnasios un lugar dónde el miedo a ser uno mismo no exista. Por favor.