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No hay entrenamientos perdidos.
Ni uno solo. Hasta el peor entrenamiento de tu vida sirvió para algo. Hasta el día que no entrenaste por pereza tuvo su misión. La misión que acuchillas cuando te frustras por un mal entrenamiento o la falta del mismo.
Lo único importante es si te enteras de esto o no. Si lo pillas o no.
Si un día te estás electrocutando y yo estoy cerca seguramente te despegue del cable de una patada en la espalda. Entenderás lo mucho que sirvió tal hostia. ¿LO PILLAS O NO?
Puede que te enfadaras por la patada… espero que no.
PAZ.
Os veo por @joangallardocoachvip queridos principiantes.