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Contra el No Pain, No Gain. Confesiones.
«No Pain, No Gain», es quizás la frase más famosa del mundo del entrenamiento, sin dolor no hay ganancias. Suena épico, heroico. Digno de Gladiadores.
En mis inicios tenía esa frase tatuada en la frente, pensaba que cuanto más sufriera más satisfactoria sería la sensación al final. Y la verdad es que tras mi primera competición, justo al terminar fue así. Sentía que todas esas horas invertidas, sufrimiento, desgaste, sacrificio y mil cosas más que no contaré hacían de la victoria algo aún mejor. Al poco tiempo, al evaluarlo todo con un poco más de frialdad, me empezaba a sentir peor. Esa gloria era mucho más efímera de lo que fue el dolor.
La gente me decía «Yo no podría aguantar eso», y en cierta manera te hacía sentir bien. Pero después te preguntabas si valía la pena y las dudas se tornaban en molinos amenazantes. Poco a poco me planteaba si habría alguna otra forma de hacer las cosas.
Llegó un día en el que me dije: «Si para volver a competir he de sufrir tanto, empezaré a pensar en no competir nunca más». No se trataba de no ser capaz de aguantar, no, los que me conocen saben que me sobran agallas. Era más bien una cuestión de encontrar el punto donde los objetivos, sacrificio, felicidad y diversión se unían de formas iguales. No soportaba la idea de ser una persona de 4 meses al año. Sólo es que no creía que valiera la pena.
No me canso de decirles a mis clientes que lo primero que deben decirme es si lo pasan mal con su plan, porque lo primero que debo tener en cuenta es su calidad de vida, y si por mi culpa ésta baja un 2% me flagelaré hasta que sangre mi espalda. Para mí es sagrado.
He oído muchas veces cosas como «Joan, mañana cumple años mi madre, ¿Qué puedo cenar?», mi respuesta siempre es: «Que me entere yo de que en el cumpleaños de tu madre no comes lo que te ponga en la mesa, tarta incluida, tienes toda la vida para arreglarlo».
Sé que esto es poco menos que una herejía entre nuestra comunidad. Pero yo he estado en los dos bandos, y estoy mucho mejor en este, pasándomelo genial cada día, riéndome, entrenando, comiendo bien y manteniendo un estado de forma excelente. Y si para tener un 1% menos de grasa tengo que sacrificar un 10% de mi calidad de vida (salvo momentos muy puntuales y cortos en el tiempo) yo digo que NO.
Nunca he dejado a un cliente sin comida extra, nunca los hago pasar demasiado tiempo en el gimnasio y nunca dejo que sufran. Sólo quiero verlos cada día un poco más felices que el día anterior.
Yo lo digo: No podría mantener prolongado en el tiempo algo que no me divierte cada día, por muy grande que sea la cosecha posterior.
Yo digo NO FUN, NO GAIN.