Hay ciertas personas que nacen con un componente genético enfadado. Son esas personas que Dios olvidó dotarlas de ciertos privilegios físicos, ya sea fuerza, músculo, velocidad, resistencia… Pero es en esas personas donde otras muchas cualidades salen a la luz. Hace unos 40 años salió a la luz la «Teoría del Handicap», explicada a groso modo y con un ejemplo: Si una persona nace coja, para compensar ese hándicap con esfuerzo, acabará siendo una persona veloz al correr. Ese principio tuvo muchos detractores, pero la verdad es que en ciertos casos, es aplicable 100%, como en el caso de hoy. Gracias a una genética horrible, Pep Sansó (Pepet para los amigos) tuvo que aunar mucha constancia, paciencia, fuerza de voluntad y tenacidad para superar sus handicaps naturales.

No es el caso más espectacular que veréis, pero es uno de los casos de los que me siento más orgulloso.

Y esto no ha hecho más que empezar.

¡¡Enhorabuena Pepet!!