HALTEROFILIA QUE MOLA O NO MOLA.

Cuando empecé a interesarme por la Halterofilia pasaba horas buceando por YouTube mirando vídeos e intentando captar algo. La mayoría de veces tenía la sensación de estar intentando aprender chino con películas chinas, en versión original. No sacaba gran cosa en claro. No sabía si lo que veía era bueno o no. Podía observar los monstruosos kilos movidos pero no si «molaba o no molaba».

PYRROS DIMAS MOLA.

Esa duda me quedó resuelta la primera vez que vi a Pyrros Dimas. «¿Dios esto qué es?». Aluciné. Me jodía profundamente no poder decir si estaba ante una gran técnica o no, pero sí tenía claro que lo que veía molaba.  Y mucho. Tanto como para desear tener una barra y discos cerca y ponerme a entrenar como si no hubiera Dios.

No sabía si eran las pintas, el singlet, el power jerk o esa tremenda hostia con la cabeza. Daba igual, porque «molaba» a un nivel desconocido para mí.

ESTE TÍO TRANSMITE.

«Este tío transmite algo, no sé qué, pero lo transmite y a chorros».

Con los años he ido viendo monstruos como Vanev, Ilyin, Xiaojun, Suleymanoglu, Klokov, Kono, Rezazadeh, Vardanyan, Alekseyev, Chemerkin o Mutlu pero nunca he vuelto a sentir algo como lo que sentí al ver por primera vez a Dimas.

EL MEJOR.

No será el mejor técnicamente ni académicamente, pero apostaría a que por el número de «puestas de piel de gallina» se refiere, estamos ante el Halterófilo más carismático de todos los tiempos.

¿CUÁL ES TU FAVORITO?