Uno de cada tres niños en España se encuentra en situación de pobreza y no puede realizar ni una comida completa al día.

Así de crudo, así de triste, así de duro y así de real.

Si algo puedo agradecer a esta vida es el hecho de poseer un pequeño y humilde balcón desde donde hablar. Sea como sea y huyendo de la petulancia, la gente me conoce y me aprecia, y a veces sin maldad aprovecho ese lazo para promover causas como las de los 3000 Burpees Solidarios. Pues bien, no soy de los que cruza una línea y habla sobre ella pues prefiero mirar al rededor y averiguar si hay más líneas que superar. Con ese espíritu y con la ayuda del maravilloso grupo de seres humanos que formamos la familia del Centro de Entrenamiento Personal Joan Gallardo intentaremos llevar a cabo cada mes una recogida de alimentos para la Fundación Natzaret de Manacor que desde hace décadas se dedica a satisfacer y proteger las necesidades de menores de edades comprendidas entre los 3 y 18 años que no pueden ser atendidos por sus progenitores.

De este modo conseguiremos que nuestra generosidad llegue directamente al plato de los niños y niñas más desprotegidos sin temor a que «manos sucias» puedan verse tentadas a aprovecharse del sistema y la bondad humana (lo que más echa para atrás a la hora de colaborar con organizaciones).

No vamos a arreglar el mundo, pero quizás podamos despertar a quienes vayan a ayudar a hacerlo un poco mejor y sin ninguna duda, ese hito empieza por la protección y salvaguarda de lo más importante de este mundo: LOS NIÑOS.

Cada vez que vayáis a hacer la compra pensad que con ese paquete de pasta que cuesta 1 euro podéis dar de comer a 12 niños y que por lo que cuesta esa bolsa de patatillas que coméis en el coche de vuelta a casa se pueden comprar 3 tarros de garbanzos para que al menos por unas horas, los niños que os podéis cruzar por la calle no sepan lo que es la palabra HAMBRE.

Desde YA podéis donar alimentos de larga caducidad en el Centro de Entrenamiento Personal Joan Gallardo situado en la Calle Creuers nº 18 de Manacor, a final de cada mes los propios niños vendrán a buscarlos. Demostrad que aún hay cosas por las que luchar.

De vuestro corazón directo al plato.