-P-Hola Joan, me llamo Roberto y soy un joven ibicenco (casi vecinos) gracias por tu espacio para contestar y por tu tiempo que ya me imagino la agenda que debes tener. Verás, el año pasado empecé lo que llamé «mi metamorfosis» y decidí ponerme a dieta súper-disciplinada y a entrenar como un loco, destiné una gran parte de mi sueldo (que en aquellos entonces estaba mejor que hoy con esta crisis…) a un plan mensual de suplementos y confieso que al final, eché mano de «sustancias» digamos alegales. No pretendía competir ni ponerme a vuestro nivel, pero sí que quería verme definido al máximo. Pues bien, tras medio año así conseguí una forma que nunca había tenido, no poseía un gran tamaño pero sí que estaba recortado a muerte, con rayas en el tríceps y los abdominales totalmente a la vista.

Ahora, medio año después calculo que tengo unos 12 kilos de ¡SOBREPESO! 

Me harté de la dieta, le cogí asco al gimnasio, he tenido algunos problemillas de salud por las «sustancias» que tomé y parece que no he pisado un gimnasio en mi vida. Tan siquiera parezco un «gordito fuerte». Estoy amargado y muy desengañado.

¿Te parece que vale la pena todas estas cosas con tal de tener el cuerpo que uno desea?

Muchísimas gracias Joan, esperaré ansioso tu respuesta.

-R- Gracias a tí por darle jugo a esta sección Roberto. Tu pregunta da para un seminario, pero a fin de no convertir una pregunta interesante en una parrafada farragosa voy a intentar simplificar al tiempo que contesto tus dudas. Vamos allá:

1- Lo que te pasó nos ha pasado a todos, yo mismo tras mi primera competición subí unos 10 kilos en apenas 2 semanas, llevaba tanto tiempo bajo una dieta tan estricta que naturalmente me quemé. Tenía tal ansiedad por comer que no pensaba en otra cosa, entonces pasé de tener unos abdominales de lujo a que no se me viera ni la línea alba. Es duro, pero eso te debe enseñar que si no puedes mantener tus caminos constantes SIEMPRE vas a acabar saliéndote de ellos.

2- Respeto que hagas con tu vida lo que te plazca, pero no puedo estar más en contra de que utilizaras esteroides-anabolizantes para mejorar tu condición física (o estética) sin tener pretensiones profesionales (carrera deportiva dependente económicamente). Me parece una locura Roberto. No puedes poner en riesgo tu salud para lucir palmito o para sentirte mejor con tu cuerpo. Aquí sí que te puedo decir categóricamente que NO VALE LA PENA.

3- Normal que le hayas «cogido asco» a este mundo, has invertido mucho tiempo, ilusión, dinero y expectativas en algo que te ha decepcionado profundamente. Es uno de los puntos más delicados de la vida, depositar esperanzas en algo intangible que no sabes si va a poder llenarte los huecos que necesitas saciar. Ahora lo que una vez quisiste con todas tus fuerzas parece que te hubiera maltratado posteriormente, te sientes traicionado incluso. Pero no te preocupes, te aseguro que hay caminos hacia grandes objetivos fáciles de andar y con un clima más benevolente que lo que has vivido tú.

EN DEFINITIVA. Así como lo hiciste, amigo mío, no vale la pena. Te imagino empeñado en buscar atajos donde sólo había una línea recta, y obviamente te perdiste, al final llegaste, pero muy agotado, quemado y dudando de si realmente valía la pena. Después la hostia de realidad fue tremenda.

Estar en sintonía con tu cuerpo es algo genial, muy placentero y tranquilizador pero no puedes caer en el riesgo de llegar a odiar todo lo que tenga que ver con este deporte, a no ser que descubras la felicidad en el sofá y una bolsa de ganchitos diarios.

Si conseguir el cuerpo que tengo afectara realmente a mi calidad de vida llegaría a un acuerdo entre los objetivos y el sacrificio.

Esa vida ya es lo suficientemente dura como para que además la llenemos de dificultades extra amigo.

Espero haberte ayudado, un abrazo. Joan Gallardo.