Si hasta ahora podía decir que tenía una espinita clavada con un cliente ese era, sin duda alguna, Samuel. Hace unos 2 años contrató mis servicios y consiguió unos buenos resultados (empezó con 136’8 kilos), pero tuvo que dejarlo por problemas económicos tras perder 17 kilos.

Desde ese momento, su hermana (otra fiel cliente) me comentaba lo que le gustaría que volviera a terminar su trabajo y yo siempre le repetía la misma frase: «Si hay un cliente que aún tengo pendiente, ese es tu hermano y sé que un día volverá. Entonces será cuando lo deje por debajo de los 100 kilos.»

Mi alegría fue indescriptible cuando ahora hace 5 meses volvió a entrar por la puerta, había recuperado su anterior peso hasta los 137 kilos pero eso era lo de menos. Lo importante es que ya volvía a estar aquí y esta vez iba a ser la buena.

Hoy no deberíamos hablar de «Antes/Después» y sí de algo tipo «Antes/Ahora» y dejar el después para un poco más adelante. Sin embargo no puedo resistirme a compartir con vosotros el logro que supone haber bajado de 137 a 108 kilos.

Como su Entrenador Personal, no puedo estar más orgulloso.