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Siempre novato.
El último libro que estoy leyendo trata sobre cómo van a cambiar las cosas en un futuro muy cercano.
No habla sobre coches volantes (casi) sino sobre asuntos casi cotidianos.
Por ejemplo habla sobre cómo un experto en el antiguo myspace pasaba a ser un novato en Instagram.
Mañana los expertos en Twitter posiblemente serán novatos de otra nueva y viral red social. Al tiempo.
Con la Halterofilia pasa algo parecido. Llegas a casa convencido de los progresos de tu última sesión. Piensas que ya lo tienes y te dispones a seguir estudiando.
De repente, viendo algún campeonato que no habías visto antes, ves un atleta haciendo algo diferente y es como si a la puerta de casa llegara un tomo nuevo de la enciclopedia de la halterofilia.
Es como una luz cegadora, imposible obviar lo que acabas de ver. Y lo exploras.
Llegas al gimnasio al día siguiente y te sientes como un novato ante algo nuevo.
Te olvidas de los kilos ante la posibilidad de aprender algo desconocido.
Puedes vivir en eterno año nuevo.
Siempre novato. SIEMPRE estudiante.
Bien pudiera ser eso lo que me tiene enganchado.
A Sócrates le habría encantado la Halterofilia. Seguro.
Paz.