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Una Dieta Feliz y la Constancia.
A menudo suelo decir: «Entrena lesionado, odia tu dieta, obsesiónate con tu aspecto y serás un candidato perfecto a Fracaso del Año».
Hoy nos atañe hablar del apartado «odia tu dieta». Puede que suene a perogrullada pero, no se puede mantener para siempre algo que cuesta tanto que nos aporta más sufrimiento que felicidad. Incluso diría que llega un momento en el que la felicidad está por encima de la estética. Como Entrenador Personal mi principal tarea es sacar resultados y alcanzar objetivos sin que la calidad de vida del cliente se resienta. Una persona normal tiene una ecuación integrada muy sencilla: SUFRIMIENTO + RESULTADOS= CONSTANCIA.
Me esfuerzo en conocer qué alimentos le gustan más a mis clientes y dónde, en qué cantidad y cómo introducirlos. Por ejemplo, si una persona cree que no puede vivir sin su café con leche de la mañana, ¿Cómo pretendo que sea constante si los 365 días del año va a pensar en ese café con leche que no se toma? Mi deber es utilizar mis conocimientos para permitírselo a cambio de que él ceda en otros aspectos, es decir, llegamos a un acuerdo.
No, antes de que alguien se lo pregunte, no se puede adelgazar comiendo bocatas de Nocilla a todas horas, pero por ejemplo, a mí me suena mucho mejor tomarme 200 gramos de sandía junto al batido de proteína que ponerle 50 gramos de insípida Maltodextrina (Carbohidrato).
Siempre digo que es mejor andar rápido y llegar seguro que correr a toda velocidad y agotarse a medio camino.
Joan Gallardo.